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jueves, 3 de marzo de 2011

¿Qué querés que haga?

Siempre es esa la pregunta ante nuestros desentendimientos. Y no es esa la pregunta que debe ser hecha. No es algo puntual lo que debemos hacer o lograr para tener la relación que nos merecemos. "Tenemos todo para estar bien"... Esa es siempre la conclusión. ¿por qué no lo logramos? ¿por qué no logramos encontrar la felicidad como pareja? No hay algo que puedas hacer o que yo pueda hacer para lograrlo. Hay cosas que hacen a una pareja y hay cosas que hacen al amor. Y para esto necesitamos más intimidad, más compromiso, tratarnos con más cuidado. Y cuando te digo intimidad, no me refiero sólo al sexo. Me refiero al sentimiento de cercanía, unión, complicidad, confianza y respeto de las cosas que son nuestras. Cuando me preguntás qué quiero, y me quedo sin palabras, es porque no puedo expresar lo que siento en ese instante, y me enoja mucho la situación. Quiero gritarte que lo que quiero es que estemos juntos, pero que estemos juntos íntimamente, que nos sintamos profundamente unidos, que nos valoremos, que sintamos que nada puede interponerse entre nosotros si estamos juntos, que formamos una unidad, que TAx2=n(4)=1 es real, que lo que quiero es que sintamos que nuestras vidas están entrelazadas, que lleguemos a compartir todo entre nosotros. Lo que quiero entre nosotros son manifestaciones de amor, cercanía, ternura. Pero a los dos nos cuesta mucho hacerlo. Los dos sabemos que cuanto más nos acercamos a alguien, más grande es la posibilidad de sufrir, más grande es el dolor. Y es este miedo al dolor el que nos aleja de la intimidad. Nunca pude olvidarme del día que nos dijimos eso. Me acuerdo como si hubiera sido hoy. Me parece verte sentado frente a mí, con un café en la mano, en "el boliche del viejo" cuando compartíamos ese café como un ritual que nos acercaba cada día. Era nuestro momento. Era nuestro café. Era nuestro tiempo de estar juntos. Era el momento en que vivíamos nuestra intimidad. Solos, hablando de nosotros, hablando de cosas que nos acercaban, hablando del amor, de nuestras vidas, de nuestros pasados, de nuestras historias, de nuestros sentimientos. Nos confesábamos secretos, sin juzgarnos, sin reproches, sin vergüenza. Y ese día, los dos sentimos que estábamos más unidos de lo que racionalmente nos podíamos permitir, y ambos nos confesamos que teníamos miedo, y yo te conté que me sentía como una estructura de espuma plast rellena de espuma de jabón, y que sentía que si me rompía, no iba a poder armarme otra vez. Eso era lo que sentía, porque veía que estábamos alcanzando una cercanía tal que estaba destruyendo todas mis barreras. Veía que mis escudos se derretían y quedaba vulnerable, pero derretir mis escudos era la única forma de alcanzar esa intimidad que quería contigo. Era la única forma de que estuviéramos realmente unidos, y que fuéramos la pareja ideal que merecemos tener. Me acuerdo cuando me decías que lo que querías conmigo era una relación de cortarse las venas, de jugarse las carótidas, y yo aposté a eso. Pero hubo algo que no nos permitió seguir. Hubo cosas que hicieron que todo eso que teníamos empezara a desvanecerse. De repente no tuviste más tiempo para nuestro café, y no hiciste nada para evitarlo. Yo sentí que para vos era más importante quedar bien con otras personas que mantener nuestro ritual que fortalecía nuestra relación. Tampoco tuvimos algo que lo sustituyera, y sentí que a vos no te importaba. Empezaron las discusiones. Yo veía cómo nos alejábamos cada día, y buscaba formas de volver a tener contigo lo que teníamos, y vos te enojabas más, diciendo que yo no te entendía, que vos no querías tener problemas, y que yo tenía que tener paciencia. No podía tener paciencia. No podía no hacer nada cuando veía que nos separábamos más a cada minuto que pasaba, cuando cada café que no tomábamos juntos iba construyendo una muralla que destruía nuestra intimidad. Y eso es lo que quiero volver a tener contigo. Esa intimidad, esa unión, esa confianza, la paciencia mutua, la amabilidad, el respeto y la confianza que nos teníamos. Todo eso quiero tener contigo. Pero eso no es algo que se "haga". Eso es algo que se "vive".Lo que quiero que hagamos ahora es: que empecemos otra vez. Que rompamos nuestras listas de errores, que nos ganemos la confianza el uno del otro, pero también que confiemos en el otro, que nos protejamos, que nos cuidemos, que nos manifestemos ternura, que no nos digamos palabras hirientes, que nos tratemos con amabilidad y respeto, y que recuperemos nuestra intimidad.

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