Estaba acordándome ahora de las veces que te escribí correos "para que no leyeras"... y necesité escribirte otro... uno más... Tengo mil cosas que quiero contarte, mil cosas que quiero decirte. Y no sé por qué, tengo miedo... y todas esas cosas siguen estando, siguen existiendo, y crecen sin poder salir. El otro día compré sobres. Quería mandarte una carta. La escribí, y nunca llegué a ponerla adentro del sobre, que sigue estando arriba de la mesa... Y cada vez que veo ese sobre vacío, pienso en lo que significa, y me duele... Me duele no haber podido poner la carta dentro del sobre, me duele no haber tenido el valor de hacerlo... ¿Dónde quedaron las palabras deliciosas que supe escuchar de tus labios algún día? ¿Dónde aquellas que leí con lágrimas de alegría? Si tan sólo supieras lo que estoy sintiendo..., es una sensación extraña... como que estos últimos días no están siendo parte de la realidad... Vivo cada día esperando
el momento de verte, y cuando llega ese momento, siento que vienen miles de diablitos y soplan, y otra vez, todos los papelitos que estaban acomodándose vuelven al aire, vuelve a desarmarse mi estructura de espuma en ese remolino que se transforma en mi pesadilla...
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